Friday, March 13, 2015

El problema de la etnografía en Puerto Rico:                               La enseñanza etnográfica en el aula de clase 

Jonathan Meléndez Maldonado



 Durante mi periodo de escuela superior,  se me realizo una pregunta. ¿Qué piensas estudiar a nivel sub-graduado? En ese momento no le di mucha importancia, hasta el momento que me topé con la antropología. Mi primera experiencia con esta disciplina fue con la serie de drama y ciencia ficción  ‘’Bones’’ el cual aludía a la antropología forense, sub-disciplina de la antropología física.  Fue a través de esta serie, que decidí buscar aquello que se llamaba antropología. Mi curiosidad me llevo a matricularme en la Universidad de Puerto Rico, donde comencé a estudiar todo lo relacionado con la antropología. Pero llegue a un punto de mi carrera universitaria que me topé con el concepto de etnografía. Me pregunte; ¿Qué es eso de etnografía? Esa pregunta la pude contestar luego con un curso de teoría y método, en donde la profesora nos explicó amplia mente lo que conlleva una etnografía, sus debates y su metodología.  A lo cual me pregunte, ¿esto es todo lo que tengo que aprender de la etnografía? ¿Dónde estaba la práctica de campo? ¿Cómo es que adquiero las destrezas para mantener un nivel ético en el campo?

A partir de estas preguntas, decidí investigar sobre a práctica, la cual por sentido común debiera ofrecer mi departamento de antropología. Al realizar los respectivos acercamientos, me notifican que el curso de práctica se ofrece en verano, pero de una forma estandarizada. Un verano si y un verano no.  Siendo este el único curso que se ofrece ¿Cómo el departamento, gradúa a los estudiantes que no pudieron tomar este curso? ¿Por qué el programa sub-graduado de antropología es tan deficiente?

A esto, me reuní con varios profesores. A lo cuales les realice breves preguntas sobre este problema. Sinceramente quede sorprendido que mis profesores de antropología, no le hubieran dado importancia a un problema tan grave. Muchos de ellos, me contestaron que las prácticas que se realizaban durante los cursos y las tareas investigativas eran práctica etnográfica suficiente. Otros apoyaron mi punto de una manera ligera.  Fue entonces que comprendí que el compromiso con la educación no era la norma, y en especial enseñar la disciplina de una manera eficiente.

En Puerto Rico, la comunidad antropología es pequeña, teniendo una población estudiantil de unos 300 estudiantes, y una comunidad profesional no más de 150. Es entendible que sea una disciplina muy poco conocida, en el País. ¿Pero esto debe significar alguna limitación entorno a la manera que se eduque a esta comunidad? –creo que si esta fuera una razón, considero que es la más egoísta que existe.  En la actualidad, el compromiso de enseñanza antropológica esta limitada en si por sus propios antropólogos, que fungen un rol como profesor en el aula de clase. Estos tienden a limitar al estudiante, al prohibirle unas herramientas básicas, en conjunto de una  práctica etnográfica seria, en donde el estudiante pueda comprender los desafíos del campo.

Consta que el debate etnográfico de la antropología contemporánea es uno amplio, queda de profesor guiar a la próxima generación, a comprender como se llevan a cabo estas dinámicas tanto antropológicas como etnográficas. Y adquiere una mayor comprensión  de la relevancia que tienen, fuera y dentro del campo antropológico.


Siendo yo un estudiante de antropología, comprendo que es necesario traer a colación, el debate, la teoría y la práctica antropológica. Para evitar recaer en generalizaciones, prejuicios, estereotipos etc. En una resultado etnográfico, producido a la inmersión al campo.


Para concluir, de una manera breve en forma de resumen de antes brevemente expresado sobre mi sentir, considero que un plano personal, que la antropología en Puerto Rico no se manifiesta de una manera seria de compromiso en el aula de clase.  Esto será chocante para los profesores de antropología que me lean, pero considero que es una realidad que se observa en el aula. Esto se evidencia con estudiantes que no saben cómo establecer un marco teórico de campo, un acercamiento de campo, no conocen como desenvolver su posible data etnográfica en una investigación entre muchas otras cosas. A lo siguiente, me gustaría observar en un futuro el compromiso de muchos profesores sobre la importancia de enseñar la práctica etnográfica como una materia seria, y de gran importancia para la educación de la nueva generación de antropólogos. En donde se puedan generar nuevos debates de la disciplina con nuevas perspectivas. 









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